José Padilla



José Padilla Sánchez, compositor de canciones, zarzuelas y operetas, nace en Almería (España) el 28 de mayo de 1889 y muere en Madrid el 25 de octubre de 1960. Estudió en el Conservatorio de Madrid con José Rivera y Fontanilla, y más tarde en Italia con Pacini. Dirigió compañías de Zarzuela en España y Argentina. Empezó componiendo para el teatro popular, dedicandose más a las canciones que a las obras escénicas. Entre sus canciones más populares destacan "La violetera"
(En el Festival de Música y Danza de Granada del año 1983 fue tocada esta canción por la orquesta Los Virtuosos de Moscú con Vladimir Spivakov como solista de violín y director; tal es su vigencia).



La violetera fue usada por Charles Chaplín en 1930 como banda sonora de su película "Luces de la ciudad" (ver fotografías) sin citar al autor, por lo que éste le demandó. Chaplin se mostró "sorprendido" de que esa canción tuviese un autor extranjero, pues (qué bonito si fuera verdad) creía que se la había inventado él de tanto tararearla mientras se afeitaba. Padilla ganó y fue debidamente indemnizado.



Otras canciones importantes fueron: "Princesita", con letra de Manuel Fernandez Palomero y cantada y popularizada por Tito Schipa, el pasodoble "El relicario", que permanece como una de las melodías españolas más ampliamente conocidas, "Valencia" que fue adaptada de un coro de su zarzuela "La bien amada" (1916) y a la que se le cambió la letra por otra en la que se ensalzaba a la ciudad que le daba nombre, siendo cantada y popularizada por la tonadillera Raquel Meller, "Ça c'est Paris", "Sola", "Flor de amor", "Fontane", "Golondrina de mi alero", popularizada también por Raquel Meller, "La manicura moderna", con letra de Montesinos y estrenada por Blanquita Suárez, etc.

Pasó algún tiempo en París componiendo canciones para artistas del music-hall tales como Josephine Baker, Maurice Chevalier y sobre todo para Mistinguett, quien introdujo con enorme éxito su canción "Ca c'est Paris". Desde 1930 a 1934 vivió en Italia componiendo numerosas canciones con textos italianos. Volvió a España, pero en 1947 marchó de nuevo a París, donde su "Sinfonía portuguesa" fue estrenada con mucho éxito (Gaitè Lyrique, 9 de octubre de 1947). La obra completa de Padilla incluye más de 400 canciones y alrededor de 60 obras escénicas, como las zarzuelas La bella burlada, La Mayorala, La Giralda, La hechizera en Palacio (obra a caballo entre la zarzuela y la revista), Sol de Sevilla, La bien amada, El sol de medianoche (que no llegó a estrenarse), la opereta Sinfonía portuguesa, La faraona, etc. En el género revisteril destacan La chaha, Rodriguez y su padre, etc.

De la reputación de Padilla en vida hay abundante documentación. En cuanto a su supervivencia como melodista del futuro, cabe esperar que sus canciones "continuarán vigorizando los temperamentos más mustios, reclamados por los espíritus vitaminados, las almas deseosas de vivir con salud, alegría y optimismo", como escribe Alvaro Retana en su "Historia de la Canción española".
Ninguna de sus obras escénicas ha pasado completa a la posteridad, pero sí numeros fragmentos o canciones, como ocurre con ‘Valencia’. La calidad de sus melodías y su inspiración hace suponer que una revisión de sus partituras olvidads bien podría depararnos alguna grata sorpresa.

De la actualidad de su obra da idea esta noticia del periódico "Las Provincias", de Valencia, del 6 de diciembre de 2006: El músico español José Padilla (Almería, 1889- Madrid, 1960), compositor de clásicos como La violetera, Valencia o El relicario, fue homenajeado ayer en París, donde compuso muchos de sus éxitos. Acompañado de Eugenia Montero, sobrina del maestro, el alcalde del distrito XVI de París, Pierre Christian Taittinger, desveló una placa de mármol en el edificio donde Padilla residió durante muchos años.
Colocada a la entrada del número 10 de la calle Pergolèse, la placa recuerda que en esa casa Padilla vivió y compuso “partituras universales” dedicadas a la capital francesa, como Ça c’est Paris , cuyas primeras notas están grabadas en el mármol, y expresa el tributo de la ciudad a la “gloria” de su música.

Y también este reconocimiento de Valencia, leído en la pagina web de la “Sociedad Musical Unión de Pescadores”: Valencia tiene una deuda infinita con el maestro Padilla, pues su famoso Pasodoble "Valencia" dió a conocer el nombre de nuestra ciudad en todo el mundo. Como muestra de agradecimiento, se está construyendo en el Grao de Valencia una casa museo dedicada a este gran músico.

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